La teoría de la música tonal de Heinrich Schenker y el Paradigma de la Complejidad de Edgar Morin se embuclan superando su aislamiento dicotómico y demostrando que el todo es a la vez mucho más y mucho menos que la suma de las partes. Schenker basó su teoría en las ideas de coherencia y crecimiento orgánico, teniendo como pilar fundamental la asociación de ideas (Asociación Motívica, paralelismo, gramaticalidad / funcionalidad y niveles de transformación -background, middleground y foreground). Emergencia del sistema mente / cerebro, la música es considerada desde la perspectiva de las organizaciones físicas, biológicas y cognoscitivas de nuestro universo. Los acontecimientos/eventos que se producen en el interior / exterior de una composición tonal, lo hacen en función de su antagonismo, complementariedad y concurrencia. La composición musical tonal se muestra como organización informacional / comunicacional / computacional, a través de los principios de la complejidad moriniana: dialógico, recursivo-retroactivo y hologramático. La interdisciplinariedad ofrece isomorfismos conceptuales, transcendiendo el corpus teórico schenkeriano alcanzando la Organización Tonal.