Después de que Rama y Sita han estado casados durante doce años, un anciano Dasharatha expresa su deseo de coronar a Rama, a lo que la asamblea de Kosala y sus súbditos expresan su apoyo. En la víspera del gran acontecimiento, Kaikeyi - sus celos despertados por Manthara, una malvada sirvienta - reclama dos beneficios que Dasharatha le había concedido hace tiempo. Kaikeyi exige que Rama se exilie en el desierto durante catorce años, mientras que la sucesión pasa a su hijo Bharata. El rey desconsolado, constreñido por su rígida devoción a su palabra dada, accede a las demandas de Kaikeyi. Rama acepta el reacio decreto de su padre con la absoluta sumisión y el tranquilo autocontrol que le caracteriza a lo largo de la historia. Se le unen Sita y Lakshmana. Cuando le pide a Sita que no le siga, ella le dice, "el bosque donde tú vives es Ayodhya para mí y Ayodhya sin ti es un verdadero infierno para mí". Después de la partida de Ram, el Rey Dasharatha, incapaz de soportar la pena, muere. Mientras tanto, Bharata, que estaba de visita con su tío materno, se entera de los acontecimientos en Ayodhya.