El presente trabajo aborda el estrecho vínculo que existe entre la formación docente y la filosofía, ya que la misma, desde nuestra perspectiva se constituye en sustento teórico fundamental de toda práctica educativa, política y ética. La impronta innovadora que pretendemos concretar sigue los trazos de la Filosofía Latinoamericana de la Liberación (que emerge en Argentina a fines de los años sesenta y principios de los setenta), pensamiento que consideramos como un anclaje necesario de la formación docente actual, abordaje crítico que ha de posibilitar pensar e integrar la diversidad. Estamos haciendo referencia a un Paradigma educativo con color local, es decir a una epistemología afincada en América Latina que nutra las bases de la formación docente de principios de siglo y, lo haga desde una comprensión particular de la historia, la cultura, el lenguaje, es decir, la identidad con el suelo de origen. Acción docente que pretende desde la educación del Otro/a habitar el espacio predado y recuperar la semántica propia de una narrativa que supere el relato del extranjero para convocar una identificación con lo local.