Adonia Verlag: El demonio de la soledad en la novela 'El general en su laberinto' de Gabriel G - Mross, Markus - Bod

El demonio de la soledad en la novela 'El general en su laberinto' de Gabriel G

Akademische Schriftenreihe V185945
Bod
ISBN 9783656991687
16 Seiten, Taschenbuch/Paperback
CHF 19.35
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Seminar paper del año 1999 en eltema Romanística - Español, literatura, cultura general, Nota: 0, Universität Hamburg, Idioma: Español, Resumen: La denominación demonio es derivada del griego antiguo. La palabra griega antigua daimon/daimonion describe un ser divino subordinado que ocupa los grados medios y bajos en contraposición a dioses de alto rango en la jerarquía divina. Segun la religión

griega antigua los daimones fueron malos fantasmas que tomaban posesión del hombre y que provocaban enfermedades mentales y otras enfermedades. Un tal hombre estaba obsesionado con el daimon y sólo era curado si un exorcista lograba expulsar al demonio

que había tomado posesión de él. La palabra griega antigua exorkismus describe la expulsión por la cual el demonio era forzado jurar reconocer un poder más alto. Una variedad

de estados patológicos era considerada la obra de malos fantasmas. Según la religión griega antigua era posible por el exorcismo de un demonio curar enfermedades como la epilepsía, el histerismo, la perturbación mental, el sonambulismo (caminar en sueños) y

el delirio acompañado por la fiebre alta. La asosiación del fatalismo, la fe en el destino, con la fe en demonios sirve para explicar un crimen grave e inconcebible. Mucho antes de

que un hombre tome la decisión de cometer un crimen los demonios ya saben lo que va a pasar por anticipación porque este acontecimiento fatal ya ha sido determinado por el destino.



Por eso el filósofo griego Plutarch estableció una relación entre demonios y oráculos. Se creía también que un crimen provocaba a demonios de venganza. Existía también la creencia que no podían encontrar la paz eterna las almas de los hombres que morían demasiado

temprano, de los que morían a la fuerza y de los muertos que no fueran sepultados de una manera tradicional. Tales fantasmas o demonios descontentos estaban condenados a permanecer en la región terrestre. No podían entrar en los infiernos y eran sensibles a encantos de daño de toda clase. Según la religión griega antigua los fantasmas o los demonios podían ser forzados por magos a adivinar el futuro en ritos necrománticos. La palabra necromancía describe la adivinación del futuro mediante la examinación de cadáveres. El

filósofo griego Sokrates consideró el daimonion como una voz interna. [.]
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